Hoy nos encontramos otra vez con el misterio de la Resurrección. Su mensaje, bien conocido, pero siempre nuevo, es que Cristo ha quitado la muerte de su poder. Los cristianos estamos llamados a vivir, proclamar y celebrar esta victoria sobre la muerte. Somos llamados a resistir toda forma de muerte y de violencia en nuestra cultura. Como con las mujeres ante la tumba vacía, puede ser que los demás se burlan de la noticia. Pero sabemos dentro de nuestro corazón que Cristo vive, después de haber descendido hasta el fondo de sepulcro. La muerte no nos puede quitar la victoria de la vida. Hoy en la Pascua, vemos flores en todas partes. Estas flores han crecido de semillas y de bulbos que parecieron muertos. Hoy están floreciendo en una profusión de color y de perfume. Son símbolos de los que pasa en nuestra vida. Los dolores y sufrimientos de la vida son semillas, que, con la gracia de Dios, se pueden convertir en una profusión de alegría y de compasión. Hoy, más que en cualquier otro día del año, debemos cantar con alegría “Este es el día en que actuó el Señor; Sea nuestra alegría y nuestro gozo”. Entonces, Feliz Pascua a todos y que su día se llena con la belleza de las flores y la esperanza de la Resurrección.