Que gracia más grande la Iglesia nos da en estas lecturas de hoy. Es la semana antes de la Semana Santa y tenemos la invitación de acercarnos a Dios en el sacramento de Reconciliación y aceptar no solamente el perdón de Dios, sino la liberación de nuestra culpa. Vemos a Jesús, que en el Evangelio se reveló como un hombre profundamente comprensivo, hasta la exageración. Jesús creyó en Dios, capaz de hacer de la mujer una criatura nueva. Creyó en la mujer, capaz de cambiar su vida. No le hizo una pregunta indiscreta, ni le reprendió por su culpa. Vio en ella una hija perdida del padre que ya había vuelta a la vida. Una vez más, la Iglesia nos urge a aceptar este Jesús que nos invita a la libertad. No debe tener miedo. El Jesús del Evangelio es el mismo que le espera en la confesión.