Cada época tiene sus propios problemas y dificultades. No se nos pide nada que esté por encima de nuestras fuerzas. Contamos con la ayuda del mismo Jesús: Yo os daré palabras y sabiduría… Los tiempos que hoy nos toca vivir no son tiempos para el pesimismo, las quejas, la resignación o inhibición. Hoy nos toca ser los protagonistas de nuestra fe mediante el testimonio, conscientes de que el Seños está con nosotros y no nos abandona. Y nos toca vivir la fe en medio de los problemas actuales, evitando los espiritualismos y añoranzas que en nada coinciden con el camino que el Seños nos ha marcado. El mensaje evangélico termina de manera consoladora: Ni un solo cabello de vuestra cabeza se perderá. Con vuestra paciencia obtendréis la vida (v. 19). La fe no nos preserva del sufrimiento, tampoco de la muerte, pero si no da la Vida.