Muchas veces sentimos que nuestra fe es débil, incapaz de vencer todas nuestras dudas o darnos la confianza para enfrentar nuestras pruebas. Los amigos más cercanos de Jesús, sus apóstoles, pueden haber sentido lo mismo, ya que hoy los escuchamos pedirle que aumente su fe. Jesús responde con un desafío, diciéndoles que incluso una pequeña cantidad de fe tiene el poder de hacer grandes cosas. Aceptemos ese desafío hoy, reconociendo que nuestra fe, aunque incierta, nos ha traído aquí en primer lugar para adorar al Señor y celebrar la Eucaristía. Habacuc, viviendo en una época de lucha y violencia en su nación, clama a Dios: "¡Pediré auxilio, sin que me escuches!" ¿Cuántos de nosotros nos hemos sentido de la misma manera? Dios apela a Habacuc a tener fe, asegurándole que la fe da esperanza y vida al justo. Pablo le dice a Timoteo que la fe y el amor se pueden encontrar en Cristo Jesús. En el Evangelio, Jesús les dice a sus discípulos cómo incluso un poco de fe puede capacitarlos para hacer maravillas. Que la Palabra de Dios fortalezca nuestra fe y nos dé valor para confiar en el Señor.