Hemos llegado al final del año litúrgico con la celebración anual de la solemnidad de Cristo Rey; así como al finalizar el año civil hacemos una revisión de lo que hicimos o dejamos de hacer de nuestras proyecciones y metas, Igualmente al finalizar el año litúrgico es una bonita oportunidad para revisar cuanto hemos crecido como hijos de Dios, Canto hemos aumentado la gracia de Dios en nuestra vida y que tanto nos hemos acercado a Dios. No podemos descuidar nuestra vida espiritual escudándonos en nuestras ocupaciones laborales. Al contrario, tenemos que hacernos conscientes de que nuestra vida cotidiana, familiar y laboral debe estar cada vez más y más empapada de Dios. No sabemos ni el día ni la hora de nuestra partida de este mundo o de cuando llegara el fin de los tiempos, lo cierto es que el Reinado de Dios se construye en este mundo, pero se realiza en otro como nos lo dice Jesús en el evangelio de hoy. Seamos cada día mejores personas y mejores hijos de Dios. Feliz Domingo y Feliz Día de Gracias. Padre Marco