Tradicionalmente se le ha llamado el domingo Gaudete, de la alegría, porque la lectura de Isaías anuncia una época de gozo como futo de la intervención de Dios en la historia del pueblo. Isaías 35 es un grito de júbilo ante la manifestación de la gloria de Dios en la historia de Israel. Usa imágenes del paisaje sugiriendo la descripción de un segundo éxodo, seguramente después del exilio a Babilonia. La naturaleza es presentada como una imagen de la salvación de Dios. El desierto de Israel se transforma en un jardín florecido tal como era en algunas partes de Oriente Próximo. La consecuencia inmediata de la gloria de Dios es la curación de los ciegos, de los mudos y de los cojos, que manifestaran el poder del Señor ante la enfermedad y las limitaciones humanas; igualmente, la gloria divina dará el coraje necesario a los que dudan, a los débiles, a los que tienen miedo.