Después de un proceso largo en los trabajos de re-cimentación y restauración del templo, actualmente estamos finalizando la última fase del proceso. Quisiera agradecer a todos los trabajadores, voluntarios, al Obispo O'connell y muchos de ustedes feligreses, que han estado ayudando a completar el trabajo a pesar de los momentos difíciles por los que atravesamos. Recientemente, un feligrés conociendo nuestras limitaciones, ayudó a arreglar el techo de la iglesia, solucionando las áreas que necesitaban ser reparadas, con su ayuda hizo que las preocupaciones financieras fueran más ligeras. Durante los últimos meses, hemos estado transmitiendo la Adoración y la Eucaristía. Varios amigos que vinieron de otras parroquias, junto a algunos feligreses, apoyaron al Padre Roberto para las transmisiones. La generosidad y el amor de muchas de todos ellas a Jesús en la Eucaristía, es algo que toca nuestros corazones. Gracias a este servicio, gente de la parroquia y de muchos otros lugares han seguido las transmisiones orando con nosotros por quienes han sido afectados a lo largo de esta pandemia producida por el COVID-19. A medida que avanzamos hacia la reapertura, comenzaremos registrando a quienes deseen participar en los Eucaristías con nosotros. El gobierno exige realizar esta acción a todos los lugares religiosos buscando prevenir la propagación del virus. Ciertamente estamos viviendo nuevos tiempos, en la medida en que aprendemos a adaptarnos a esta realidad confiando siempre en el amor de nuestro Señor. La restauración ha resaltado la belleza del santuario, creando un espacio donde podremos orar con más confianza sintiendo el amor de Dios. Espero que pronto podamos verlos en Santa María que es su casa. Ruego que podamos fortalecer nuestra fe en nuestra parroquia, con la alegría de seguir a Jesús como lo hizo Don Bosco. Espero verlos pronto en su casa, que es la parroquia de Santa María.